Prevención del cáncer de vulva y de cuello de útero

En la historia de la medicina podemos encontrar momentos en los que existe un giro súbito en la forma de tratar determinadas enfermedades tras el descubrimiento de algún proceso que anteriormente se desconocía. Así por ejemplo cuando se descubrió la penicilina se abrió una vía muy efectiva en la lucha frente a las infecciones bacterianas.
Otro ejemplo de descubrimiento que no debe quedar en el descuido es el de la asociación de la infección por el virus del papiloma humano y la aparición del cáncer de cuello de útero. Ya hace unos años se descubrió que este virus era capaz de provocar cáncer a partir de los cambios que se producen en la célula tras su infección. Concretamente se observaron diferentes serotipos de este virus que tenían un potencial de malignización elevado. Desde ese descubrimiento se abrieron nuevas posibilidades desde el punto de vista de abordaje de este cáncer. Previniendo la infección por este virus hacía que se consiguiera erradicar este cáncer, que en ocasiones puede llegar a ser mortal.
Después de muchos estudios, se llegó a sintetizar una vacuna que previene de la infección de las cepas de este virus que son cancerígenas. Desde hace unos años, la vacuna del VPH se ha estado administrando a niñas de edades en torno a los 14 años, que presumiblemente no habían tenido relaciones sexuales hasta el momento. Tras estos años de comercialización de la vacuna, se ha observado que la aceptación de la misma ha sido muy irregular, probablemente por las falsas creencias que ha tenido la gente en torno a estas vacunas.
Para intentar aclarar un poco las dudas que pueden aparecer entre los profesionales, la SEGO (Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia), junto con profesionales médicos especializados han publicado un artículo en el que se resume de forma muy clara cuales son las pautas de prevención, tanto primaria como secundaria, que se han de seguir para el cáncer de vulva y el cáncer de cuello de útero.

Prevenir el cáncer de vulva

Os resumo de una forma sencilla, cuales son las recomendaciones de la Sociedad.
El virus del papiloma humano es un virus que se ha relacionado sobretodo con el cáncer de cuello de útero, aunque en la actualidad ya se han descubierto que también se puede relacionar con otros cánceres como el cáncer de vulva, ano, pene, orofaringe y de la cavidad oral. La infección se provoca durante una relación sexual.
El riesgo de infección aparece sobretodo: si uno comienza las relaciones a edades tempranas, si se cambia de compañero sexual, si existe un cambio de compañeros sexuales frecuente, el no utilizar preservativos en las relaciones sexuales, el no tener la circuncisión en el caso de los hombres, la presencia de otras infecciones de transmisión sexual.
Las recomendaciones actuales para la vacunación frente al virus del papiloma son las siguientes:
  • En niñas de 9 a 14 años es muy importante que se les vacune, ya que en esta edad la protección que ofrece la vacuna es máxima.
  • Las mujeres hasta los 25/26 años también deberían vacunarse, ya que a estas edades la probabilidad de infección aún es baja y la vacunación podría prevenir la infección por los serotipos que pueden provocar cáncer.
  • Las mujeres entre 27 y 45 años deberán tener un trato individualizado, aunque en la mayoría de ellas probablemente se indique la vacuna del VPH.
  • Se ha demostrado que las vacunas del VPH para hombres son seguras y por ahora se recomienda de forma individualizada.
La vacuna se considera eficaz, según los criterios que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha establecido. Aunque la vacuna proteja frente a 2 o 4 virus, se ha observado que también hay menos infecciones por otros serotipos que no están incluidos en la vacuna.

Infección por el virus

¿Y que pasa si estoy infectado por el virus? En este caso pasaríamos a la prevención secundaria. Hay que intentar prevenir que aparezca el cáncer. Para ello tenemos diferentes técnicas que nos ayudan a controlar la infección. Por un lado la citología cervical, que es la prueba clásica para el control de las infecciones; y por otro diferentes pruebas que intentan detectar componentes del virus. Esta última prueba se ha demostrado que ayuda a reducir los casos de cáncer de cérvix o cáncer de vulva, puede que incluso sea más efectiva que la citología.
Así la recomendación seguirá el siguiente esquema:
  1. Se realizará una revisión ginecológica con citología a los 3 años del inicio de las relaciones sexuales.
  2. Durante los 2 primeros años estas revisiones serán anuales.
  3. Si los resultados son negativos, se harán revisiones cada 3 años hata los 30 años.
  4. A los 30 años se hará una citología y una prueba del VPH. Si son negativos, se repetirán a los 5 años.
  5. Si la prueba es positiva y la citología es negativa, se intentará averiguar que serotipo ha infectado. Si se trata de los serotipos 16 8 18, se realizará una colposcopia, que es una manera de ver el cuello de útero de forma más directa.
  6. Si los virus son de otros serotipos se realizará una revisión al año.
  7. En el caso de que la citología sea positiva se realizarán citologías anuales o colposcopias según la edad.
  8. Se considera que después de los 65 años ya no es necesario seguir con las pruebas de cribado.
Finalmente quiero comentar que en la actualidad se está proponiendo la vacunación para proteger del cáncer de vulva, que en ocasiones también puede relacionarse con este virus.
Esta vez me ha salido un post un poco más largo de lo normal, pero creo que este tema merece que sea explicado de forma más amplia. Espero que os sea de utilidad y, como siempre, si tenéis algún comentario o duda sobre el tema, me lo comentéis y trataré de solventarlos.
Os dejo una presentación que he encontrado con el artículo original sobre Prevención Primaria y Secundaria del Cáncer de Cuello de Útero por si queréis ampliar la información.
Como siempre, no dudéis en pedir consejo a vuestro médico sobre el tema.
Fuente: Consejos Medicos

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